Trabajar con el propio cuerpo es recuperar lo que somos, habitar nuestra casa-cuerpo, es aceptarnos como somos, es comenzar a escucharnos y respetarnos. Trabajar con el cuerpo, es trabajar con la vida, con nuestras emociones expresándolas de forma creativa.
A partir de la toma de conciencia del propio cuerpo y su progresiva sensibilización se promueve la exteriorización de sensaciones, emociones y pensamientos por medio del cuerpo.
Tiende siempre a la integración de la persona y a la búsqueda de un lenguaje corporal propio, apuntando a la recuperación y al desarrollo de la espontaneidad, la creatividad y la libertad del propio cuerpo.
Valorar y aceptar el propio cuerpo, genera mayor autoconfianza y autoestima, lo que favorece la relación con uno mismo, con los otros y con el medio que nos rodea, siendo promotora de salud.
La Expresión Corporal apunta a la búsqueda de la propia danza, nuestra propia manera de ser en movimiento.
A tales fines se trabaja con: Sensopercepción, improvisación, relajación, masajes, cuentos animados, juegos dramáticos, corporización de elementos de la música, máscaras, expresión lúdico-creativa, áreas integradas, etc.